Triunfo Sobre el Fracaso

Triunfo Sobre el Fracaso

La clave para experimentar la victoria constante no se halla en un esfuerzo humano renovado, ni en una determinación férrea, sino en una comprensión profunda y personal de la Obra Consumada de Cristo.

1. La Única Caída Verdadera: Abandonar la Fuente

La Escritura nos revela una verdad esencial: el creyente no cae en el pecado y luego pierde la gracia; más bien, el creyente cae de la gracia al intentar vivir bajo la Ley o sus propias fuerzas. Cuando el enfoque se desplaza de la obra perfecta de Jesús a nuestros propios imperfectos esfuerzos, perdemos la conciencia de nuestro perdón y de Su poder. Esta es la puerta de entrada a la derrota.

El verdadero antídoto contra el fracaso recurrente es el favor inmerecido de Dios. Es la gracia la que tiene el poder de liberarnos, no la disciplina de la carne. La Ley no se dio para hacer santos a los pecadores, sino para silenciarlos y mostrarles su necesidad de un Salvador. El pecado nunca puede superar la gracia de Dios.

“Pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.” — Romanos 5:20b-21

2. El Poder Ilimitado del Perdón

Si usted está en Cristo, el perdón que ha recibido es total, completo y absolutamente ilimitado. Su fracaso o error actual, por grave que sea, ya fue puesto sobre Jesús en la cruz. Dios ya no le ve a usted a través del lente de su desempeño o de su equivocación, sino a través de la justicia perfecta de Su Hijo.

Si Él ya pagó la totalidad de la deuda, ¿por qué insistir en tratar de pagarla con remordimiento y esfuerzo? La gracia de Dios es un suministro interminable, suficiente para cualquier debilidad. Él no dice: "Cuando te limpies, volveré"; Él dice: "Mi gracia te basta, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad."

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios. No es por obras, para que nadie se gloríe.” — Efesios 2:8-9

3. El Foco Correcto: De la Deuda al Dador

Para experimentar un cambio duradero, debemos cambiar lo que creemos, no esforzarnos más en lo que hacemos. La fe transforma. Si usted cree que es justo en Cristo, comenzará a manifestar una vida de rectitud.

El enfoque debe estar eternamente en Jesús y Su Justicia, no en usted mismo y su fracaso.

• Enfoque incorrecto: "Soy un pecador fracasado y debo esforzarme para merecer el perdón." (Conciencia de pecado, que genera derrota.)

• Enfoque correcto: "Soy la justicia de Dios en Cristo, y Su poder opera en mí." (Conciencia de justicia, que produce victoria.)

Al contemplar la hermosura de Jesús y todo lo que Él hizo, usted es transformado de gloria en gloria. Sus debilidades son el telón de fondo perfecto para que Su poder brille. En lugar de esconder sus debilidades, preséntelas ante Él y observe cómo Su gran gracia las cubre y las usa.

“Al que no conoció pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros, para que en Él fuéramos hechos justicia de Dios.” — 2 Corintios 5:21

En resumen: si usted se ha equivocado, la respuesta de Dios no es un llamado a un mayor esfuerzo, sino una invitación a un mayor descanso. Apóyese totalmente en Su gracia. Su obra ya está terminada. Deja que la Gracia de Dios Triunfe sobre el fracaso.