Rescatados de la muerte

¿Es Jesucristo el Único Camino al Cielo?, la respuesta es Sí. Jesucristo es el único camino a Dios y a la vida eterna. Cree en Él como Señor y Salvador para ser salvo. Hechos 16:31

SALVACIÓN

Pastor Juan Carlos Pérez Corrales

9/20/20253 min read

a person holding their hand out to the sun
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Rescatados de la Muerte

El sacrificio de Jesús es el fundamento de nuestra liberación. El pasaje de Hebreos 2:14-15 (NVI) nos recuerda este profundo acto de amor:

"Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para anular mediante la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre."

Esta escritura revela una verdad esencial: debido a que la humanidad (los "hijos") comparte una naturaleza física y mortal (de "carne y sangre"), el Hijo de Dios, Jesús, se hizo plenamente humano para participar de nuestra misma condición. Su propósito no fue simplemente experimentar la vida, sino destruir, a través de Su propia muerte, el poder que el diablo ejercía sobre la muerte. Como resultado, Su victoria en la cruz nos ha liberado de la esclavitud perpetua que el miedo a morir imponía sobre nosotros.

La Muerte: Un Enemigo Conquistado

¿Sabía usted que Dios nunca concibió que la humanidad experimentara la muerte? La muerte no es una parte del plan original de Dios, sino la consecuencia directa de la caída. La Biblia la llama consistentemente el "último enemigo" que será destruido, como lo declara 1 Corintios 15:26 (RVR60): "Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte."

Dios aborrece la muerte y todo lo que conduce a ella. Él odia todo lo que merma o consume la vida que Él desea darnos: la enfermedad, la dolencia, el envejecimiento prematuro y el deterioro. Cuando Jesús se encontró frente a la tumba de Su amigo Lázaro, la Escritura dice que Él "se conmovió profundamente en su espíritu, y se turbó" (Juan 11:33, RVR60), e incluso lloró. Este llanto no fue solo por la pérdida de un amigo, sino por la dolorosa realidad de que la muerte, la cual nunca estuvo en el corazón de Dios para el hombre, había entrado en el mundo.

Redención Completa en la Cruz

La paga, o consecuencia, del pecado es la muerte física y espiritual, como lo afirma Romanos 6:23 (RVR60): "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."

Sin embargo, en Su infinita misericordia, Dios no nos dejó en esa condena. Él envió a Su Hijo, Jesús, para que llevara sobre Sí mismo el castigo por todos nuestros pecados. En la cruz, Jesús conquistó la muerte de una vez y para siempre. Él no solo anuló el poder espiritual de la muerte, sino que Su sacrificio también incluyó la redención de la enfermedad y el dolor. El profeta Isaías lo anticipó:

"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados." (Isaías 53:4-5, RVR60)

El pastor Juan Carlos frecuentemente enfatiza esta gloriosa verdad: la victoria de Jesús en el Calvario es total. Él llevó nuestro castigo para que nosotros pudiéramos recibir Su paz; fue herido para que seamos curados, y murió para que podamos tener vida en abundancia.

Nuestra Herencia Hoy

Hoy, permita que esta verdad se arraigue profundamente en su corazón: El deseo inmutable de Dios es que usted esté sanado y completo, rebosante de vigor, fuerte y lleno de Su vida divina. Él lo ama con un amor eterno y poderoso, por lo cual envió a Jesús para redimirlo de la muerte en todas sus manifestaciones: enfermedad, dolencia, debilidad y desesperanza.

La cruz de Jesús no es solo un recuerdo histórico; es la razón por la cual usted tiene derecho a disfrutar de Su salud divina y de Su vida abundante en este mismo momento. Al recibir a Jesús, usted fue transferido de la esclavitud del miedo y la muerte a la libertad y la vida.

Como dice Juan 10:10 (RVR60): "...yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."

¡Camine en la realidad de esa vida abundante y victoriosa que Jesús ganó para usted!