¿Por qué necesito la salvación?
Ser librado del infierno, del pecado y del dominio de Satanás. Por medio de Jesús, obtenemos el perdón, la justicia de Dios, y una relación de Padre-hijo con Él, asegurando Su bendición y la vida eterna.
SALVACIÓN
10/16/20253 min read
¿Por qué es Indispensable la Salvación?
La pregunta fundamental sobre la necesidad de la salvación halla su respuesta en la justicia inmutable de Dios y la realidad del pecado humano. La Escritura declara solemnemente: "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Esta muerte no se refiere solo al cese físico de la vida, sino a una profunda y dolorosa separación eterna de Dios, la fuente de toda vida, luz y bondad. Por nuestros propios medios y esfuerzos, estamos irremediablemente condenados y no tenemos forma de escapar de este justo castigo. Sin la intervención divina, nuestra vida terrenal culminaba con un destino de perdición eterna, un "boleto de ida" a la separación del Creador.
La Manifestación de la Bondad y el Amor de Dios
No obstante, esta sombría realidad es contrarrestada por una verdad gloriosa: nuestro Dios no es solo justo, sino que es esencialmente bueno, y nuestro Dios es la personificación del amor (1 Juan 4:8, 16). Debido a la inmensidad de Su amor incondicional por la humanidad, Él no nos dejó en nuestro estado de condenación. Dios mismo, en Su infinita misericordia, proveyó una vía de escape segura del infierno (como advierten las Escrituras, por ejemplo, en Mateo 5 y Marcos 9) y un camino hacia la vida eterna (Juan 3:16). Es Su iniciativa, no la nuestra.
En el Salmo 103, el rey David exalta esta bondad al declarar: "El Señor es compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia" (Salmo 103:8), lo cual subraya el carácter perdonador de nuestro Padre celestial.
La Obra Sustitutoria de Jesucristo
Para consumar este plan de rescate, Dios hizo el sacrificio supremo: envió a Su propio Hijo amado, Jesucristo, al mundo. La misión de Jesús era tomar nuestro lugar, un acto de sustitución penal. Él fue a la cruz para cargar sobre Sí todo el peso de la justa ira y el castigo de Dios que correspondía a la totalidad de nuestros pecados. Murió la muerte que nosotros merecíamos.
Solo Jesucristo, siendo el Hijo de Dios perfecto, santo e "irreprochable en todo" (Hebreos 4:15), pudo constituirse en el Cordero sacrificial. Su vida sin pecado le permitió satisfacer plenamente las justas y estrictas demandas de la santidad de Dios en pago por nuestra transgresión. Como nos enseña la Biblia, "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21).
El Camino de la Salvación y Sus Frutos
Por consiguiente, la salvación no se obtiene por obras, sino exclusivamente a través de la fe en Jesús y en Su obra perfecta y completamente consumada en la cruz. Al creer en Él, somos justificados.
Es solo por esta fe que:
Podemos ser salvos y liberados del poder y la pena del pecado.
Podemos entrar con valentía en la presencia de nuestro Padre celestial (Hebreos 4:16), porque Jesús rasgó el velo de la separación.
Podemos esperar una vida abundante ya en esta tierra (Juan 10:10), una vida marcada por Su gracia y propósito.
Tenemos la certeza de un futuro glorioso en el cielo, una herencia incorruptible.
El mensaje es claro y sin ambages: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12). La decisión de ser salvo reside en aceptar libremente y por fe lo que Jesús ya hizo por ti.
Como nos recuerda el pastor Juan Carlos, la gracia de Dios es un regalo que ya fue pagado por completo; solo nos queda extender la mano de la fe para recibirlo.


La misión de la Asociación MAAM Costa Rica es edificar a los creyentes, profundizando su caminar con Cristo, para que disfruten de la Gracia que Dios nos ha dado.
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