¿Por qué los Apóstoles fueron Martirizados si Tenían Autoridad?
Descubre en este artículo cómo su ejemplo nos enseña que nuestra autoridad en Cristo no siempre se trata de evitar el dolor, sino de tener el poder para elegir nuestro destino, incluso en los momentos más difíciles, así como los primeros cristianos.
PROTECCIÓN
Pastor Juan Carlos Pérez Corrales
9/20/20253 min read
Esta es una pregunta que muchos creyentes se hacen. Si Jesús nos dio autoridad sobre el enemigo, ¿por qué figuras tan importantes como el apóstol Pablo y otros apóstoles terminaron siendo martirizados? La respuesta se encuentra en un concepto fundamental de nuestra fe: ellos eligieron su martirio. No fue algo que los tomó por sorpresa, sino una decisión consciente.
Vamos a explorar esta idea basándonos en las Escrituras.
Una Elección, No una Sorpresa
El libro de Hebreos, en su capítulo 11, nos presenta a los grandes héroes de la fe, hombres y mujeres que lograron hazañas increíbles por su confianza en Dios. El pasaje nos dice que "por la fe... sometieron reinos, obraron justicia, obtuvieron promesas, cerraron la boca de los leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada...". Pero luego añade una frase crucial: "Otros fueron torturados, no aceptando la liberación" (Hebreos 11:33-35).
La frase "no aceptando la liberación" nos revela que se les ofreció una salida, una oportunidad de escapar del sufrimiento, pero decidieron rechazarla. ¿Por qué? Porque su visión iba más allá de esta vida. Lo hicieron para "obtener una resurrección mejor", es decir, para estar con Cristo y recibir la recompensa eterna.
El apóstol Pablo lo explica de una manera muy clara en sus propias palabras:
"Para mí, vivir es Cristo y morir es ganancia... Estoy dividido entre dos deseos: anhelo ir y estar con Cristo, lo que sería mucho mejor para mí. Pero por su bien, es mejor que siga viviendo." (Filipenses 1:21-25 NTV)
Estas no son las palabras de alguien sin control sobre su destino. Son las palabras de un hombre que entendía que tenía autoridad sobre la vida y la muerte. Él sabía que su propósito en la tierra estaba cumplido y, llegado el momento, eligió irse para estar con el Señor. Esto desmiente la idea de que la muerte es algo inevitable y fuera de nuestro control. La Biblia nos dice: "Con larga vida te satisfaré" (Salmo 91:16). A través de nuestra fe, tenemos la libertad de decidir qué significa una "larga vida" para nosotros y usar nuestra autoridad para reclamarla.
Pablo No Fue una Víctima de la Muerte
El apóstol Pablo no fue asesinado por la muerte; él estaba listo para partir. En su última carta, él lo deja muy claro:
"Porque ya estoy siendo derramado como libación, y el tiempo de mi partida está cerca. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia." (2 Timoteo 4:6-8)
Pablo decidió que ya había peleado la buena batalla, había terminado la carrera y había cumplido su propósito. Estaba satisfecho. Vemos a un hombre con completa autoridad sobre su vida y su muerte, no a una víctima indefensa.
Si lo dudas, mira cómo su autoridad se manifestó en otras ocasiones cuando todavía no era el tiempo de su partida:
Después de ser apedreado y dado por muerto en Listra, se levantó y volvió a la ciudad para seguir predicando el evangelio. La muerte no pudo con él (Hechos 14:19-21).
Cuando una serpiente venenosa lo mordió en la isla de Malta, la sacudió en el fuego como si nada y no sufrió ningún daño. La gente se asombró, pues esperaban que se hinchara o muriera al instante (Hechos 28:3-6). La serpiente no tenía poder sobre él.
Tu Autoridad como Creyente
La misma autoridad que el apóstol Pablo tuvo sobre el enemigo nos pertenece a ti y a mí hoy. No importa si el "león rugiente" o la "serpiente venenosa" te estén atacando hoy, el lugar que les corresponde está siempre debajo de tus pies.


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