Evangelismo Personal

Equipando a cada Creyentes para la Gran Comisión

two man hugging on focus photography
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I. Un Llamado Personal e Ineludible

La Gran Comisión no está confinada a los púlpitos o a las grandes cruzadas; es un imperativo que se extiende a cada rincón de nuestra comunidad, comenzando en nuestro círculo más cercano y cotidiano.

El Señor nos comisionó diciendo:

  • "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo." (Mateo 28:19-20, NVI).

Este mandato implica un "ir" activo que se cumple día a día, en el lugar donde Dios nos ha plantado: en el trabajo, en el barrio, con la familia y con los amigos. Es en el encuentro personal donde el mensaje de salvación y vida eterna en Jesucristo se comparte de manera más relevante y poderosa.

II. La Esencia y Eficacia del Testimonio Personal

El evangelismo personal se fundamenta en la convicción de la verdad del Evangelio y en la experiencia transformadora que hemos vivido. Es el Espíritu Santo quien convence de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8), pero nosotros somos los instrumentos que Él usa.

  • Importancia Clave: El evangelismo personal se convierte en el factor escogido por el cielo para revelar a Cristo al mundo (adaptación de un concepto evangélico). La gente necesita ver la fe vivida.

  • Poder del Evangelio: La Biblia afirma categóricamente que "no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree..." (Romanos 1:16). El poder reside en el mensaje, no en nuestra elocuencia.

Capacitamos y equipamos a nuestros líderes con la asesoría y las herramientas necesarias –como los manuales de evangelismo– para llevar estas "buenas nuevas" de forma natural, sensible y sencilla, reflejando el amor y el tacto que Jesús demostró al interactuar individualmente (por ejemplo, con la mujer samaritana en Juan 4).

III. El Camino del Discipulado: Del Contacto al Crecimiento

El evangelismo personal es solo el principio de un proceso vital: el discipulado.

Mediante los manuales de evangelismo te será sencillo compartir el evangelio de forma normal y sencilla a otras personas. Este proceso va más allá de un encuentro inicial, es un puente hacia una relación duradera con Cristo y con Su Iglesia:

  1. Sembrar la Semilla: Presentar la verdad del Evangelio (el problema del pecado, la solución de Cristo, la necesidad de arrepentimiento y fe).

  2. Mantener la Relación: Continuar el contacto, como Jesús nos anima a ser luz: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:16).

  3. Integrar y Nutrir: Visitar a la persona, invitarla a ser parte en una Casa de Paz (un grupo pequeño de estudio y comunión).

  4. Multiplicación: Formar, si la oportunidad se da, una nueva Casa de Paz mediante esa persona, movilizándola para que también sea un sembrador.

  5. Consolidación: Al final, invitarla a asistir a la iglesia local, donde encontrará la plenitud de la comunión, la enseñanza y el servicio.

El apóstol Pablo resalta la urgencia de este llamado a la proclamación, señalando que la fe viene por el oír el mensaje de Cristo, y para ello se necesita quien lo predique: "¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? [...] ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Romanos 10:14-15).

Únete al Movimiento

¡El tiempo es ahora! Dios nos ha puesto por luz para las naciones, a fin de que llevemos Su salvación hasta los confines de la tierra (Hechos 13:47).

Contáctanos e iniciemos este movimiento de impacto junto a ti, para que cumplas tu llamado y tu vida se convierta en una herramienta poderosa en las manos del Maestro.