¡Él es Nuestro Dios!
Descubre a un Dios de gracia, amor y perdón revelado en Jesucristo. Reflexiones que transforman vidas y promueven una santidad genuina.
PERDÓN
Pastor Juan Carlos Pérez Corrales
9/20/20252 min read
Redescubriendo a Dios: Más allá del juicio y la ira
Una percepción equivocada de Dios puede llevarnos a vivir una vida de temor y opresión. A menudo, hemos heredado una imagen distorsionada: un Dios retratado como severo, iracundo y distante, que solo espera nuestro tropiezo. Estas representaciones no solo generan un miedo malsano, sino que también nos impiden encontrar la libertad de nuestros pecados, adicciones, ansiedades y temores.
Si toda tu vida te han enseñado que Dios es un ser de juicio y castigo, permíteme que las Escrituras te muestren su verdadera naturaleza:
"Pero tú, Señor, eres un Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en amor y fidelidad" (Salmo 86:15 NVI).
"El Señor nuestro Dios es misericordioso y perdonador" (Daniel 9:9 NVI).
"Oh Señor, tus misericordias y tus bondades… son desde tiempos antiguos" (Salmo 25:6).
Nuestro Dios es amor. Es paciente, clemente y lleno de perdón. Gracias a la Santa Palabra, podemos encontrar la verdad: un Dios rebosante de bondad, misericordia y gracia.
La Gracia de Dios Reflejada en Jesús
Para comprender a Dios, solo necesitamos mirar a Jesús. Él mismo lo dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9).
¿Alguna vez has visto a Jesús enojado con pecadores, prostitutas o recaudadores de impuestos? ¿Acaso condenó a la mujer del pozo que tenía cinco maridos, o a la que fue sorprendida en adulterio?
Jesús se mostraba bondadoso y amoroso con los pecadores y los marginados de la sociedad. Si bien se enojaba con la hipocresía de los fariseos, su corazón siempre estaba abierto a quienes buscaban perdón. De hecho, sus enemigos lo llamaron sarcásticamente "amigo de pecadores" para desacreditarlo, sin darse cuenta de que esa era una de sus mayores virtudes. La gracia no rechaza, persigue; no critica, abraza. No condena, transforma.
El Poder Transformador de la Gracia
Los pecadores encontraban esperanza, gozo y libertad en Jesús. Su gracia no condonaba el pecado, sino que producía un cambio genuino y duradero. ¿Cómo podría Jesús avalar el pecado, si dio su vida para salvarnos de él?
Un claro ejemplo de este amor es su encuentro con Zaqueo, el corrupto recaudador de impuestos. Jesús se invitó a su casa, lo amó y le mostró su gracia. En esa misma noche, Zaqueo se puso de pie y prometió: "Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado" (Lucas 19:8).
Jesús no le dio a Zaqueo leyes, mandamientos ni juicios. Le ofreció gracia, y esa gracia transformó su corazón para siempre. La verdadera santidad no se logra a través de la condena, sino del poder de la gracia que nos transforma desde adentro.


La misión de la Asociación MAAM Costa Rica es edificar a los creyentes, profundizando su caminar con Cristo, para que disfruten de la Gracia que Dios nos ha dado.
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