¿Cómo Disciplina Dios Bajo la Gracia?

Sí, absolutamente. El texto afirma que la corrección y la disciplina existen bajo la gracia, pero siempre están saturadas de amor, gracia y sabiduría.

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¿Cómo Disciplina Dios Bajo la Gracia?

Existe una percepción equivocada entre algunos creyentes: que la vida bajo la gracia es sinónimo de una ausencia total de corrección o disciplina, lo que llevaría a un comportamiento de "todo vale". Esta idea está completamente alejada de la verdad bíblica. La gracia no es una licencia para pecar, sino el poder para vivir por encima del pecado.

La Naturaleza de la Corrección Divina

¿Hay corrección bajo la gracia? La respuesta, según la enseñanza del pastor Juan Carlos, es un rotundo "¡Por supuesto que sí!" Sin embargo, es crucial entender la naturaleza de esta corrección. Toda disciplina y corrección divinas son siempre impartidas y saturadas de amor incondicional, gracia y sabiduría. No se trata de un castigo vengativo, sino de una guía amorosa.

La Escritura confirma esta verdad esencial:

"Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo." (Hebreos 12:6 RVR60)

Hay quienes argumentan que si el Señor nos favorece siempre, no hay necesidad de corrección. No obstante, esta postura ignora el corazón de un Padre amoroso.

Un Ejemplo Paternal Terrenal

Para comprender mejor, el pastor Juan Carlos nos invita a verlo desde la perspectiva de un padre terrenal. Cuando sus hijos cometen errores, él y su esposa, Wendy, ciertamente los corrigen y disciplinan. Pero incluso en medio de la corrección, el amor y el favor por sus hijos permanecen inalterables.

El favor que siente un padre hacia un hijo no es una cuestión de su desempeño (lo que han hecho o dejado de hacer), sino de su identidad (quiénes son y de quién son).

De la misma manera, nuestra condición de ser amados y altamente favorecidos por nuestro Padre celestial es el resultado directo de nuestra identidad como hijos e hijas de Dios por medio de la obra perfecta y terminada de Jesucristo. El derecho de llamar a Dios "Padre" y de que Él nos llame "Sus hijos" fue adquirido en la cruz.

"Mira cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos." (1 Juan 3:1 LBLA)

El Propósito de la Corrección Bajo el Nuevo Pacto

A medida que crecemos en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, Él nos corrige, nos disciplina y nos guía. Pero es de vital importancia comprender que esta corrección se realiza con Su Palabra y mediante Su Espíritu, y no a través de tragedias, enfermedades o calamidades. Nuestro Padre nunca inflige dolor y sufrimiento como herramienta de disciplina.

La Biblia nos enseña:

"Porque el Señor corrige a los que ama, como el padre corrige al hijo en quien se deleita." (Proverbios 3:12 NTV) "Y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina..." (Hebreos 12:5-6 LBLA)

En otras palabras, el Señor corrige a aquellos a quienes altamente favorece, tal como lo haría un padre terrenal que se deleita en su hijo. La corrección, entonces, no es un castigo, sino una guía que busca llevarnos a la madurez y la justicia.

Los Mecanismos de la Corrección

Si un padre que ama a su hijo no le infligiría dolor y sufrimiento como disciplina, ¿por qué lo haría nuestro Padre celestial? La corrección de Dios se manifiesta principalmente a través de:

  1. Su Palabra: La Escritura es la herramienta principal que Dios usa para corregirnos y entrenarnos en justicia.

    "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia..." (2 Timoteo 3:16 NVI)

  2. Líderes Piadosos: La corrección puede venir a través de la predicación de Su Palabra o mediante líderes espirituales en una iglesia local que aman al creyente y se preocupan lo suficiente como para hablar con amor y verdad en su vida.

Cuando los creyentes están firmemente convencidos del amor incondicional de su Padre celestial, pueden recibir la corrección y la disciplina con humildad y gratitud, pues saben que proviene de una fuente de amor, no de ira. Por esta razón, es fundamental que cada hijo de Dios experimente y se establezca en la revolución de la gracia, anclándose en Su amor perfecto.

La gracia es la llave que abre la puerta a la verdadera santidad. No solo perdona, sino que también imparte el poder divino para actuar y vivir una vida que honra a Dios y que está por encima de la derrota del pecado.