Banco de Alimentos

Dona alimentos no perecederos y artículos de higiene al Banco de Alimentos. Tu aporte garantiza comida a familias vulnerables. ¡Gracias por tu solidaridad!

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Dona Alimentos No Perecederos al Banco de Alimentos

  • "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún" (Hebreos 6:10).

La fe se manifiesta en las acciones concretas de amor y servicio. Hoy, te invitamos a ser un canal de la provisión de Dios, marcando una diferencia tangible y significativa en la vida de aquellos que enfrentan la dura realidad de la necesidad y el hambre.

Tu acto de amor, por medio de la donación de alimentos no perecederos al Banco de Alimentos, es un reflejo de la compasión que Cristo nos enseña. Cada grano, cada lata, es un testimonio de que la comunidad cristiana se levanta para ser las manos y los pies del Señor en la Tierra.

  • "Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Santiago 2:17).

Con tu generoso aporte, nos convertimos en instrumentos para garantizar que familias, niños y personas en situación de vulnerabilidad no solo reciban sustento físico, sino también el mensaje de que no están solos. Combatir el hambre es un acto de justicia y misericordia.

¿Cómo puedes participar en esta obra de amor?

Te animamos a extender tu mano y corazón. Agradecemos profundamente tus donaciones de alimentos no perecederos y artículos esenciales que brindan dignidad:

  • Alimentos Básicos: Arroz, frijoles, pasta, lentejas, harinas, aceite, azúcar, sal.

  • Productos Enlatados: Atún, sardinas, verduras enlatadas, salsas de tomate.

  • Artículos de Higiene Personal: Jabón, champú, cepillos de dientes, papel higiénico, pañales.

  • Artículos de Limpieza: Detergentes, desinfectantes, blanqueador.

"El que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).

Puedes traer tus donaciones directamente a nuestro centro de acopio. Cada contribución, grande o pequeña, es un acto de obediencia a la Gran Comisión de amar a nuestro prójimo.

¡Una Esperanza Compartida!

  • "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto" (Proverbios 3:9-10).

Al donar, no solo provees alimento, sino que también siembras esperanza y contribuyes a edificar una comunidad más justa y solidaria, donde la necesidad es mitigada por la acción de la fe.

¡Gracias de corazón por tu solidaridad, por tu visión de un futuro con menos hambre y por ser un fiel administrador de las bendiciones que has recibido! Que Dios multiplique tu siembra.