25 de octubre

El Corazón de Dios Revelado a Través de Jesús

Pastor Juan Carlos Pérez Corrales

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El Corazón de Dios Revelado a Través de Jesús

"El que me ha visto a mí, ha visto al Padre". Juan 14:9

¿Te preguntas si es la voluntad de Dios sanarte? La respuesta se encuentra al observar el ministerio de Jesús aquí en la Tierra. Al contemplar a Jesús, vemos el corazón de nuestro Padre celestial hacia nosotros, tal como Jesús mismo declaró:

La Evidencia de Sanidad en los Evangelios

Una y otra vez, los Evangelios muestran lo que Jesús hacía incesantemente: sanar a los enfermos y afligidos. Esto es lo que la Biblia registra sobre Su labor:

Y Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda clase de enfermedades y dolencias en el pueblo. Entonces su fama se extendió por toda Siria; y le trajeron a todos los enfermos que estaban afligidos con diversas enfermedades y tormentos, y a los endemoniados, epilépticos y paralíticos; y los sanó. (Mateo 4:23-24)

Entonces grandes multitudes vinieron a Él, llevando consigo cojos, ciegos, mudos, mancos y muchos otros; y los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó. —Mateo 15:30

Cuando el sol se ponía, todos los que tenían alguno que estuviera enfermo de diversas enfermedades se los trajeron; y puso sus manos sobre cada uno de ellos y los sanó. —Lucas 4:40

El registro bíblico subraya que nuestro Señor Jesús constantemente "andaba haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo" (Hechos 10:38). Él restauró la vista a los ciegos, el oído a los sordos, la movilidad a los cojos. Limpió a quienes padecían lepra e incluso devolvió la vida a los muertos.

El Padre Hizo las Obras

Respecto a todos Sus actos milagrosos, Jesús explicó que la fuente de Su poder era el Padre:

Él dijo: "Las palabras que os digo no las digo por mi propia iniciativa o autoridad, sino que el Padre, permaneciendo continuamente en mí, hace sus obras [sus milagros y actos de poder]" (Juan 14:10).

Jesús afirmó que fue el Padre quien, a través de Él, ejecutó estos maravillosos milagros de sanidad por doquier. Al ver a Jesús sanar, podemos concluir que es verdaderamente el deseo y la voluntad de tu Padre celestial que seas completamente restaurado de toda enfermedad.