21 de noviembre

Ten Confianza en el Favor Inmerecido de Jesús

"Y fue, y vino, y recogió en el campo tras los segadores; y su suerte fue posarse en una parte del campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelech." — Rut 2:3

La Biblia nos presenta la conmovedora historia de una mujer moabita llamada Rut. Humanamente hablando, ella tenía todas las probabilidades en su contra: era una viuda pobre, gentil y extranjera en medio de la nación de Israel. Sin embargo, su lealtad fue inquebrantable; tras la muerte de su esposo, decidió permanecer junto a su suegra Noemí, abandonando su propia familia para seguirla hasta Belén y adoptando al Dios de Abraham, Isaac y Jacob como suyo.

Debido a su extrema pobreza, no tenían recursos para comprar alimento, por lo que Rut se vio obligada a salir a los campos a realizar la humilde tarea de recoger el grano que los segadores dejaban atrás. Lo fascinante es que su confianza no estaba puesta en el azar, sino en el favor de Dios. Antes de salir, le dijo a Noemí: "Por favor, déjame ir al campo y recoger granos tras aquel a cuyos ojos halle gracia". Rut estaba segura de que Dios le concedería ese favor, a pesar de ser una forastera sin conexiones ni conocimiento de a dónde dirigirse.

El relato bíblico describe que ella "fue, y vino", y lo que parecía una coincidencia sucedió: terminó en la parte del campo que pertenecía a Booz, un hombre muy rico y pariente de su suegra. Aunque algunas traducciones antiguas usan términos que sugieren suerte o casualidad para describir este encuentro, la palabra raíz en el texto hebreo original es qarah, que implica un suceso orquestado, un evento que ocurre verdaderamente bajo una guía superior. Al confiar en el favor inmerecido de Dios, Rut experimentó su qarah: llegó al lugar correcto en el momento exacto.

El desenlace es extraordinario: Booz la vio, se enamoró y se casó con ella. Rut pasó de estar en el punto más bajo de su vida, con todos los factores naturales en contra, a ver su situación transformada por completo gracias a que confió en el Señor. Este giro divino fue tan poderoso que ella se convirtió en una de las pocas mujeres honradas en la genealogía de Jesús (Mateo 1:5), demostrando lo que significa estar divinamente posicionada.

Amigo mío, sin importar qué circunstancias parezcan estar en tu contra hoy, mantén tu confianza en el favor inmerecido de Jesús. Él es capaz de otorgarte ese "éxito qarah", colocándote en el lugar y el momento precisos para que experimentes su protección y prosperidad en tus relaciones, tu carrera y tus finanzas.

Oración:

"Amado Jesús, hoy decido no mirar mis circunstancias, sino confiar plenamente en tu favor inmerecido. Guía mis pasos y dame ese 'éxito qarah', poniéndome en el lugar correcto y en el momento preciso para recibir tu provisión, protección y bendición en todo lo que emprenda. Amén."