La clave de la fe

Fijando nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2 (New American Standard Bible - NASB 1995)

Como seres humanos, tendemos a centrarnos no solo en cada pequeña imperfección física y emocional que poseemos, sino que también solemos recordar y revivir constantemente en nuestra mente los pecados, errores y fracasos que hemos cometido. Nos enfrascamos en condenarnos por nuestras faltas, incluso las más pequeñas, en lugar de aceptar la verdad de cómo Dios nos ve: completos y perfectos en Cristo.

Por esta razón, necesitamos fe para creer que, ante Dios, somos justos. Se requiere fe para aceptar que Él no nos ve a través de nuestros pecados, que no está observando la maldad o la iniquidad en nosotros. Se necesita fe para confiar plenamente en lo que Él promete cuando dice: "Porque seré misericordioso con su injusticia, y no me acordaré más de sus pecados y de sus iniquidades" (Hebreos 8:12). ¡Se necesita fe para creer que Dios realmente no recordará tus equivocaciones y fallos!

Pero, podría alguien preguntar, "Pastor Prince, mis pecados me persiguen y los veo constantemente. ¿Cómo puedo tener la fe para creer que Dios no los ve?".

Amigo, la respuesta para obtener esa fe radica en dirigir nuestra mirada a la fuente misma de la fe: Jesús. Como afirma la Escritura, debemos estar "fijando nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" (Hebreos 12:2). ¡La capacidad de tener fe para creer se halla al contemplar a Jesús! La Biblia Amplificada lo explica de esta manera: "Apartando la mirada [de todo lo que nos distraiga] a Jesús, quien es el Líder y la Fuente de nuestra fe [dando el primer incentivo para nuestra creencia] y también es su Consumador [llevándola a la madurez y perfección]".

En resumen, la clave está en desviar la atención de tus propias debilidades, imperfecciones, errores y fallas, y sencillamente enfocarla en Jesús. Cuanto más meditas en Jesús y en la obra que Él completó en la cruz, más brotará en tu corazón la fe para creer que todos tus pecados han sido perdonados de verdad. Puedes empezar de nuevo con borrón y cuenta nueva y experimentar un nuevo comienzo en Cristo. ¡Lo que era viejo se ha ido, y lo nuevo ha llegado!