16 de noviembre

¿No hay Sufrimiento Para el Creyente?

a pair of hands on a blue surface
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¿No hay Sufrimiento Para el Creyente?

«Porque a ti se te ha concedido en nombre de Cristo no solo creer en Él, sino también sufrir por Su causa» (Filipenses 1:29).

Una pregunta que muchos hacen es si existe sufrimiento en el cuerpo de Cristo. La Palabra enseña que sí: se nos concede el privilegio de sufrir persecución por Su nombre, tal como afirma el apóstol Pablo. También le recuerda a Timoteo que “todo aquel que quiera vivir una vida piadosa en Cristo Jesús sufrirá persecución” (2 Tim. 3:12 NLT). Y el mismo Jesús advirtió que quienes le sigan serían perseguidos por causa de Su nombre (Mat. 10:22).

Sin embargo, es importante comprender que esta persecución no se refiere a enfermedades terminales, accidentes trágicos o muertes prematuras.

Algunos preguntan si el sufrimiento de Job se aplica al creyente de hoy. Lo que Job vivió no es lo que sucede a quienes están en Cristo. Una de sus quejas fue esta: “Si tan solo hubiera un mediador entre nosotros, alguien que pudiera unirnos” (Job 9:33 NLT). Más adelante, Eliú describe a ese mediador diciendo: “Si hay un mensajero para él, un mediador, uno entre mil, para mostrar al hombre su rectitud, entonces le tiene gracia y dice: ‘Líbrale de bajar al Abismo; he encontrado un rescate’” (Job 33:23–24).

Esta figura anticipa lo que 1 Timoteo 2:5–6 revela claramente: “Hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, que se dio a sí mismo en rescate por todos”. Job sufrió porque no tenía un mediador. Nosotros sí lo tenemos, en la persona de Jesús, quien murió en la cruz para expiar nuestros pecados y declararnos justos ante Dios. Él es nuestro rescate—la palabra “rescate” viene de kaphar, que significa “hacer expiación”.

La sangre de Cristo ha cancelado todo derecho legal que el enemigo tenía contra ti y tu familia. Cuando abrazas lo que Su sacrificio perfecto logró, no tienes por qué temer vivir lo que vivió Job. A diferencia de él, tú tienes un Mediador: Cristo Jesús. En Él puedes esperar un futuro lleno de Sus promesas, Su bendición y Su protección (Salmo 23:6).