08 de noviembre

Se trata de ver a Jesús

"Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo." - Proverbios 4:20-22

El núcleo de tu vida de fe, que te proporciona paz mental, gozo y sanidad, es escuchar mensajes centrados en las buenas nuevas de Jesús.

El verdadero propósito de un predicador o maestro del Nuevo Pacto es revelar a Jesús y la validez de Su obra a través de Su sangre. Su misión no es señalar tus faltas ni recordarte tus pecados para que te sientas indigno de la presencia de Dios o de Sus bendiciones, un error que cometían los predicadores del Antiguo Pacto.

El enemigo, el acusador, quiere que te obsesiones contigo mismo, que te concentres en cada uno de tus errores y pensamientos. No caigas en su juego. Apártate de la auto-condena y mira a Jesús. Dios no te juzga basándose en ti; Él te ha puesto en Cristo, y al mirarte, ve la perfección, la belleza y la excelencia de Jesús.

El diablo busca que seas consciente de ti mismo, mientras que Dios quiere que seas consciente de Jesús. La mejor manera de vivir es descubrir todo lo que puedas sobre Jesús: quién es Él, Sus glorias y todo lo que posee, porque todo eso ha sido puesto en tu cuenta. ¡Eres coheredero con Él de Su herencia (Romanos 8:17)!

La ley te exige que te mires a ti mismo. El Nuevo Pacto de la gracia te invita a ver a Jesús. El conocimiento bíblico por sí solo no es el objetivo; los fariseos, por ejemplo, sabían hebreo y memorizaron las Escrituras, pero no pudieron reconocer a Jesús cuando estaba frente a ellos. Lo que verdaderamente necesitamos es que el Espíritu Santo nos revele a Jesús y Su obra perfecta y consumada.

Cuando perdemos el enfoque en Jesús y Su gracia, es fácil desviarse hacia el legalismo, el desánimo y la desilusión, sintiéndose juzgado por Dios si no cumplen la ley perfectamente, lo que los lleva a abandonar la fe. El mensaje de la gracia, lo cambia todo.

Amado, la clave para experimentar paz, gozo y victoria en esta vida es ver a Jesús, porque de Él fluye toda la provisión que necesitas: Su gracia, Su amor, Su justicia y Su perdón. Sigue fijando tu mirada en Su amor y gracia por ti, y tu vida se transformará de maneras que ni siquiera puedes imaginar.