La Prosperidad de Meditar

La Prosperidad de Meditar

La riqueza ganada por la deshonestidad disminuirá, pero el que recoge por el trabajo aumentará. (Proverbios 13:11)

El Peligro de la Riqueza Rápida

La búsqueda incesante de éxito y riqueza inmediata a menudo desvía a las personas hacia caminos moralmente cuestionables. En la prisa por alcanzar la cima, algunos recurren a la deshonestidad, empleando tácticas como la mentira, el fraude o la invención de engaños complejos para manipular a los incautos. Puede que, temporalmente, estas acciones parezcan rendir frutos, pero la advertencia de la Palabra de Dios es clara e inmutable: "la riqueza obtenida por la deshonestidad disminuirá" (Proverbios 13:11). Tal como se afirma en Eclesiastés 5:10: "El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad." Una ganancia mal habida trae consigo una bendición que no perdura, sino que se consume rápidamente, dejando un vacío más grande que antes.

El Fundamento del Trabajo Honesto

El mismo versículo de Proverbios nos ofrece la senda de la verdadera y duradera prosperidad: "el que recoge por el trabajo aumentará" (Proverbios 13:11). Aquí radica la clave: la diligencia y el esfuerzo honesto.

Amigo mío, la invitación es a ser constante y fiel en tu labor diaria. No debes confiar en planes o argucias para enriquecerte de la noche a la mañana. En lugar de eso, pon tu confianza en el favor y la bondad del Señor. Conduce todos tus asuntos con integridad inquebrantable, pues la Biblia enfatiza la importancia de la justicia en nuestras transacciones. Proverbios 11:1 declara enfáticamente que el Señor detesta las "balanzas deshonestas", pero un "peso justo es su deleite". Actuar con rectitud es una forma de honrar a Dios en el lugar de trabajo.

La Bendición de la Obediencia y el Descanso

Dios anhela que seas bendecido en todas las áreas de tu vida y que vivas en libertad de la escasez, como se promete en pasajes como Deuteronomio 28:1-14. Sin embargo, esta bendición nunca debe ser a costa de comprometer tus principios morales. Él no desea que el éxito te robe la paz y el sueño, o que vivas en el temor constante de las consecuencias de tus acciones. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría (Proverbios 9:10), y parte de esa sabiduría es vivir de manera justa.

Por lo tanto, elige el camino de Dios: el del trabajo honesto y constante, potencializado por Su favor inmerecido. Solo de esta manera podrás disfrutar de un verdadero éxito divino, aquel que trae consigo paz, satisfacción y una prosperidad que se multiplica y permanece, porque ha sido construida sobre los cimientos sólidos de la integridad. Como dice el Salmo 128:2: "Cuando comas del trabajo de tus manos, dichoso serás, y te irá bien."